Jornada masacre
Un grito despavorido me hizo reaccionar, fue como un llamado directo al alma; "¡mi hijo, mi hijo!", una señora de voz aguda, clamaba por su cría. Yo no entendía dónde estaba, sólo divisaba sombras de gente a mi alrededor, la voz de la mujer se fue perdiendo entre el ruido de sirenas y bocinas, el sol me cegaba, mi cuerpo de a poco reaccionaba.
"¿Está bien?",desesperado grita un hombre de uniforme blanco, parece no entender que estoy entrando en sí, que quiero aire, que necesito despabilar para saber ¡que mierda está pasando!. Siguen los ruidos de autos, el sol se hace soportable por lo que consigo parpadear, no distingo nada, la cabeza me late con fuerza, me mareo.
Un gentío corriendo, unas voces de mando y el sonido de un altoparlante me hacen reaccionar nuevamente, trato de abrir los ojos, pero me es imposible, ahora no solo me molesta el sol, sino que el ambiente mismo plagado de humo y calor es lo que no me deja siquiera asomar una miradita a mi alrededor, le doy instrucciones mentales a mi mano, pero no logro moverla, me concentro y me vuelvo a marear.
Después de un rato logro una leve estabilidad, muevo una mano para ver si alguien me ayuda, pero el único que se acerca es el hombre de blanco que no sabe que hacer; trato de hablar, pero no me sale palabra alguna, murmullo, pero entre el ruido, los gritos y el latido de mi corazón, no logro distinguir si el sonido sale de mi boca, o es solo mi mente la que me juega una mala pasada. De todas formas nadie acude.
Me calmo, definitivamente no puedo abrir los ojos, por lo que me concentro en los sonidos, si al menos recordara dónde estoy, ahora parece más calmada la situación, siento pasos correr a una distancia estimada de diez metros, autos en cercanía a los siete, y abre y cierre de puertas hacia mis espaldas, unos dieciocho, aproximadamente.
En medio de mi concentración logro distinguir el llanto de una guagua, el sonido me hace tratar de abrir rápidamente los ojos. ¡Ya recuerdo!, estamos en mi escuela, oigo rápidos pasos ante mi grito de desesperación, una bala en mi cabeza y la voz de mi madre reclamando por su hijo, una tranquila reunión escolar terminó en tragedia, masacre sin precedentes. El hombre de blanco me toma la mano... me lleva.
"¿Está bien?",desesperado grita un hombre de uniforme blanco, parece no entender que estoy entrando en sí, que quiero aire, que necesito despabilar para saber ¡que mierda está pasando!. Siguen los ruidos de autos, el sol se hace soportable por lo que consigo parpadear, no distingo nada, la cabeza me late con fuerza, me mareo.
Un gentío corriendo, unas voces de mando y el sonido de un altoparlante me hacen reaccionar nuevamente, trato de abrir los ojos, pero me es imposible, ahora no solo me molesta el sol, sino que el ambiente mismo plagado de humo y calor es lo que no me deja siquiera asomar una miradita a mi alrededor, le doy instrucciones mentales a mi mano, pero no logro moverla, me concentro y me vuelvo a marear.
Después de un rato logro una leve estabilidad, muevo una mano para ver si alguien me ayuda, pero el único que se acerca es el hombre de blanco que no sabe que hacer; trato de hablar, pero no me sale palabra alguna, murmullo, pero entre el ruido, los gritos y el latido de mi corazón, no logro distinguir si el sonido sale de mi boca, o es solo mi mente la que me juega una mala pasada. De todas formas nadie acude.
Me calmo, definitivamente no puedo abrir los ojos, por lo que me concentro en los sonidos, si al menos recordara dónde estoy, ahora parece más calmada la situación, siento pasos correr a una distancia estimada de diez metros, autos en cercanía a los siete, y abre y cierre de puertas hacia mis espaldas, unos dieciocho, aproximadamente.
En medio de mi concentración logro distinguir el llanto de una guagua, el sonido me hace tratar de abrir rápidamente los ojos. ¡Ya recuerdo!, estamos en mi escuela, oigo rápidos pasos ante mi grito de desesperación, una bala en mi cabeza y la voz de mi madre reclamando por su hijo, una tranquila reunión escolar terminó en tragedia, masacre sin precedentes. El hombre de blanco me toma la mano... me lleva.